"Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos"
José Luis Borges
Entendemos por rehabilitación cognitiva el método terapéutico destinado a mejorar o compensar los déficits neurocognitivos producidos por los distintos procesos que afectan el normal funcionamiento de nuestro cerebro.
Existen distintas enfermedades, lesiones neurológicas o afecciones psicológicas que pueden implicar una merma o deterioro de las funciones cognitivas. Dentro de estas funciones, denominadas "superiores", encontramos: la atención, la memoria, el lenguaje, el razonamiento, o la capacidad organizativa, por ejemplo. Es importante conocer que el proceso de envejecimiento normal, a menudo también implica un enlentecimiento o un empeoramiento en dichas funciones.
A través de la rehabilitación cognitiva, se puede conseguir:
Ralentizar el deterioro.
Compensarlo a través del aprendizaje de otras habilidades.
Mejorar o restaurar las funciones cognitivas.
Asimismo, la estimulación cognitiva sería el conjunto de acciones que se dirigen a mantener o mejorar el funcionamiento cognitivo mediante distintos ejercicios de memoria, percepción, atención, lenguaje, funciones ejecutivas (es decir, ejercicios de planificación, control, solución de problemas, organización, etc.) o funciones viso-espaciales.
¿Cuándo iniciar un proceso de rehabilitación o estimulación cognitiva?
Toda aquella persona que experimente cambios significativos en sus capacidades cognitivas, es susceptible de beneficiarse de un programa de rehabilitación o estimulación cognitiva.
Se recomienda especialmente la rehabilitación cognitiva:
En personas que han padecido o padecen una condición médica grave (por ejemplo: un traumatismo craneoencefálico, epilepsia, accidentes cerebrovasculares, Alzheimer, esclerosis múltiple, etc.) y que pueden presentar dificultades en su capacitad de recordar, concentrarse, pensar, hablar con fluidez, razonar, resolver problemas, organizarse, etc.
Se recomendaría especialmente la estimulación cognitiva:
En personas mayores que consideren que su rendimiento cognitivo cotidiano no es el mismo de antes y que observen olvidos, distracciones y despistes frecuentes, no justificados por ninguna causa orgánica ni condición médica alguna.
¿Qué metodología seguimos?
Entrevista inicial y evaluación neuropsicológica.
Establecimiento del perfil del cliente.
Diseño del plan de tratamiento (rehabilitador o estimulador de la función cognitiva).
Implementación del tratamiento.
Seguimientos.
Todas las sesiones se llevarán a cabo de forma individual, con una doctora en psicología con formación especializada en neuropsicología. Habitualmente, se pautarán ejercicios para casa que la persona podrá realizar con o sin ayuda y/o supervisión, según el caso.
¿Por qué funciona esta metodología?
El trabajo cognitivo se base en la plasticidad neuronal y en las reservas cognitivas del cerebro.
La plasticidad neuronal hace referencia al capacidad de cambio y adaptación que posee el cerebro a lo largo de toda la vida del individuo. Así pues, desde que nacemos hasta que morimos, los seres humanos somos capaces de aprender y de crear nuevas conexiones neuronales a pesar de que el rimo de aprendizaje pueda ser diferente al de edades más tempranas.
La reserva cognitiva se refiere al factor protector que supone el ejercicio intelectual regular y constante sobre el funcionamiento cerebral de un individuo.
Así pues, hablamos de una intervención de primera recomendación en casos de deterioro cognitivo leve y demencias leves. Asimismo, este tipo de intervenciones cuentan con gran soporte empírico que las validan como método eficaz para frenar el deterioro cognitivo típico del envejecimiento normal.
Resumiendo...
La mayor diferencia entre la rehabilitación y la estimulación cognitiva es su objetivo principal. Si bien la rehabilitación pretende restaurar o compensar déficits cognitivos, y la estimulación mantener o favorecer las funciones existentes, ambas aproximaciones utilizan metodologías similares. Cualquier persona que experimente cambios significativos en sus capacidades cognitivas, es susceptible de beneficiarse de un programa de rehabilitación o estimulación cognitiva.
Referencias
Calero, M.D. (2003). La utilidad de los programas de intervención cognitiva en personas mayores. Revista de Geriatría, 38(6), 305-307.
Chapinal-Jiménez, A. (1999). Involuciones en el anciano y otras disfunciones de origen neurológico. Guía práctica para el entrenamiento de la independencia personal e terapia ocupacional. Barcelona, España: Editorial Masson.
Clarke, S., Rossi, B., Stemmer, B., van Heugten, C.M. (2005). EFNS guidelines on cognitive rehabilitation: report of an EFNS task force. European Journal of Neurology, 12, 665-680.
González-Aragón, J. (1994). Aprendamos a envejecer sanos. México: Editorial Costa-Amic.
Más información:
Guía clínica de neuro-rehabilitación en el daño cerebral adquirido: http:((www.imserso.es/InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/233_11idi.pdf http://www.infocop.es/view_article.asp?id=4184
Guía de práctica clínica para el manejo de pacientes con ictus en atención primaria: http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_466_Ictus_AP_Lain_Entr_compl.pdf
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